SHACKLETON,o el optimismo estratégico
¿Por qué es vital tener un plan para mantener el rumbo de la comunicación de tu empresa?
La odisea del explorador británico Ernest Shackleton en la Expedición Imperial Transantártica es más que una proeza humana. Es la fábula de una empresa que, frente a la adversidad, supo cambiar el plan inicial y mantener el timón firme hasta llegar a buen puerto.
¿Cómo logró Shackleton su hazaña?
Con un buen plan, mucha motivación y un inspirador optimismo estratégico. El mismo optimismo estratégico que toda buena comunicación de empresa debe aplicar para alcanzar sus metas.
SHACKLETON,o el optimismo estratégico
¿Por qué es vital tener un plan para mantener el rumbo de la comunicación de tu empresa?
La odisea del explorador británico Ernest Shackleton en la Expedición Imperial Transantártica es más que una proeza humana. Es la fábula de una empresa que, frente a la adversidad, supo cambiar el plan inicial y mantener el timón firme hasta llegar a buen puerto.
¿Cómo logró Shackleton su hazaña?
Con un buen plan, mucha motivación y un inspirador optimismo estratégico. El mismo optimismo estratégico que toda buena comunicación de empresa debe aplicar para alcanzar sus metas.
SHACKLETON,o el optimismoestratégico
¿Por qué es vital tener un plan para mantener el rumbo de la comunicación de tu empresa?
La odisea del explorador británico Ernest Shackleton en la Expedición Imperial Transantártica es más que una proeza humana. Es la fábula de una empresa que, a pesar de la adversidad, supo cambiar el plan inicial y mantener el timón firme hasta llegar a buen puerto.
¿Cómo logró Shackleton su hazaña?
Con un buen plan, mucha motivación y un inspirador optimismo estratégico. El mismo optimismo estratégico que toda buena comunicación de empresa debe aplicar para alcanzar sus metas.
"Con la perseverancia conquistamos." - E. Shackleton
"Con la perseverancia conquistamos."E. Shackleton
El plan de Shackleton
Un anuncio publicado en la prensa londinense en 1914 por sir Ernest Shackleton marca el comienzo de una extraordinaria odisea cuyo exitoso desenlace no fue el planificado inicialmente. El objetivo de la Expedición Imperial Transantártica del explorador británico buscaba atravesar por primera vez el continente de hielo. Para ello, Shackleton trabajó a conciencia en un plan, que incluía un equipo de 27 personas, varias embarcaciones –como el buque Endurance– y un recorrido perfectamente trazado para lograr esta empresa. No obstante, el verdadero éxito de la expedición no reside en realizar esta proeza, sino también en regresar todos sanos y salvos. A pesar del plan perfectamente trazado por Shackleton, el destino de la Expedición Imperial Transantártica fue muy diferente. Al llegar a las aguas del Mar de Weddell, la misión se encalló en la banquisa, dañando irremediablemente el Endurance, y obligando a la tripulación a evacuar el navío con lo necesario. Shackleton cambió el plan original de recorrer los 2.900km del Antártico a pie por un regreso a casa de todos sus hombres sanos y salvos.
El plan de Shackleton
Un anuncio publicado en la prensa londinense en 1914 por sir Ernest Shackleton marca el comienzo de una extraordinaria odisea cuyo exitoso desenlace no fue el planificado inicialmente. El objetivo de la Expedición Imperial Transantártica del explorador británico buscaba atravesar por primera vez el continente de hielo. Para ello, Shackleton trabajó a conciencia en un plan, que incluía un equipo de 27 personas, varias embarcaciones –como el buque Endurance– y un recorrido perfectamente trazado para lograr esta empresa. No obstante, el verdadero éxito de la expedición no reside en realizar esta proeza, sino también en regresar todos sanos y salvos. A pesar del plan perfectamente trazado por Shackleton, el destino de la Expedición Imperial Transantártica fue muy diferente. Al llegar a las aguas del Mar de Weddell, la misión se encalló en la banquisa, dañando irremediablemente el Endurance, y obligando a la tripulación a evacuar el navío con lo necesario. Shackleton cambió el plan original de recorrer los 2.900km del Antártico a pie por un regreso a casa de todos sus hombres sanos y salvos.


El plan de Shackleton
Este anuncio publicado en la prensa londinense en 1914 por sir Ernest Shackleton marca el comienzo de una extraordinaria odisea cuyo exitoso desenlace no fue el planificado inicialmente. El objetivo de la Expedición Imperial Transantártica del explorador británico buscaba atravesar por primera vez el continente de hielo. Para ello, Shackleton trabajó a conciencia en un plan, que incluía un equipo de 27 personas, varias embarcaciones –como el buque Endurance– y un recorrido perfectamente trazado para lograr esta empresa. No obstante, el verdadero éxito de la expedición no reside en realizar esta proeza, sino también en regresar todos sanos y salvos. A pesar del plan perfectamente trazado por Shackleton, el destino de la Expedición Imperial Transantártica fue muy diferente. Al llegar a las aguas del Mar de Weddell, la misión se encalló en la banquisa, dañando irremediablemente el Endurance, y obligando a la tripulación a evacuar el navío con lo necesario. Shackleton cambió el plan original de recorrer los 2.900km del Antártico a pie por un regreso a casa de todos sus hombres sanos y salvos.
Nuevo plan,mismo objetivo
La Expedición Imperial Transantártica emprendió año y medio después un heróico viaje de regreso a casa, guiado por el optimismo, la motivación y la experiencia de Shackleton. El traicionero hielo antártico complicó más aún la travesía de la expedición, obligando a los 28 hombres hacinados en botes salvavidas a navegar cinco días en el mar hasta encontrar cobijo en la inhóspita Isla Elefante. Primera etapa del rescate completada. Tras acomodar de alguna manera a su equipo en la isla, Shackleton, junto a otros cinco hombres, emprendieron la segunda etapa de la misión: navegar hasta el puesto ballenero de las islas Georgia del Sur y pedir auxilio. Esta nueva odisea, considerada una de las grandes hazañas de la navegación, puso a prueba la resistencia de los seis hombres que, tras tocar tierra, más que exhaustos, se toparon con un último desafío: cruzar las montañas hasta el puesto ballenero al otro lado de la isla. Segunda etapa completada. Quedaba la etapa final: organizar una misión de rescate para volver a la isla Elefante y recoger a sus hombres, si es que todavía hubiera algún superviviente. A bordo de un buque de rescate, navegó hasta el campamento de la expedición, cerca de cuatro meses después de marcharse y, para su gran alegría, encontró a toda la tripulación del Endurance viva en la isla Elefante. Ni la duda, ni el miedo y menos la incertidumbre detuvieron a Shackleton en su verdadera misión: regresar de la Expedición Imperial Transantártica con todos sus hombres a salvo. Si bien la proeza cambió, el objetivo se mantuvo viento en popa, gracias al optimismo estratégico de Shackleton plasmado en un plan que supo reconstruir para llegar a buen puerto.
Nuevo plan, mismo objetivo
La Expedición Imperial Transantártica emprendió año y medio después un heróico viaje de regreso a casa, guiado por el optimismo, la motivación y la experiencia de Shackleton. El traicionero hielo antártico complicó más aún la travesía de la expedición, obligando a los 28 hombres hacinados en botes salvavidas a navegar cinco días en el mar hasta encontrar cobijo en la inhóspita Isla Elefante. Primera etapa del rescate completada. Tras acomodar de alguna manera a su equipo en la isla, Shackleton, junto a otros cinco hombres, emprendieron la segunda etapa de la misión: navegar hasta el puesto ballenero de las islas Georgia del Sur y pedir auxilio. Esta nueva odisea, considerada una de las grandes hazañas de la navegación, puso a prueba la resistencia de los seis hombres que, tras tocar tierra, más que exhaustos, se toparon con un último desafío: cruzar las montañas hasta el puesto ballenero al otro lado de la isla. Segunda etapa completada. Quedaba la etapa final: organizar una misión de rescate para volver a la isla Elefante y recoger a sus hombres, si es que todavía hubiera algún superviviente. A bordo de un buque de rescate, navegó hasta el campamento de la expedición, cerca de cuatro meses después de marcharse y, para su gran alegría, encontró a toda la tripulación del Endurance viva en la isla Elefante. Ni la duda, ni el miedo y menos la incertidumbre detuvieron a Shackleton en su verdadera misión: regresar de la Expedición Imperial Transantártica con todos sus hombres a salvo. Si bien la proeza cambió, el objetivo se mantuvo viento en popa, gracias al optimismo estratégico de Shackleton plasmado en un plan que supo reconstruir para llegar a buen puerto.

