Un plan de comunicación se construye con un objetivo, una misión, un rumbo que permite definir un camino hacia el que fijar el timón; y es lo suficientemente flexible como para ser modificado cuando surge lo inesperado.Una buena comunicación de empresa parte de la convicción de los que emprenden. Es esa motivación que alienta a seguir avanzando por caminos desconocidos. Y es creer en uno mismo y confiar en los demás para llegar a buen puerto.El optimismo estratégico en la comunicación da una visión de futuro sobre los posibles acontecimientos venideros y permite afrontarlos con calma y, sobre todo, con cabeza.Una comunicación de empresa, de marca o de cualquier proyecto exige constancia, un rumbo definido, una buena tripulación y un líder inspirador como lo fue Shackleton en su travesía a borde del Endurance.
Un plan de comunicación se construye con un objetivo, una misión, un rumbo que permite definir un camino hacia el que fijar el timón; y es lo suficientemente flexible como para ser modificado cuando surge lo inesperado.Una buena comunicación de empresa parte de la convicción de los que emprenden. Es esa motivación que alienta a seguir avanzando por caminos desconocidos. Y es creer en uno mismo y confiar en los demás para llegar a buen puerto.El optimismo estratégico en la comunicación da una visión de futuro sobre los posibles acontecimientos venideros y permite afrontarlos con calma y, sobre todo, con cabeza.Una comunicación de empresa, de marca o de cualquier proyecto exige constancia, un rumbo definido, una buena tripulación y un líder inspirador como lo fue Shackleton en su travesía a borde del Endurance.
Un plan de comunicación se construye con un objetivo, una misión, un rumbo que permite definir un camino hacia el que fijar el timón; y es lo suficientemente flexible como para ser modificado cuando surge lo inesperado.Una buena comunicación de empresa parte de la convicción de los que emprenden. Es esa motivación que alienta a seguir avanzando por caminos desconocidos. Y es creer en uno mismo y confiar en los demás para llegar a buen puerto.El optimismo estratégico en la comunicación da una visión de futuro sobre los posibles acontecimientos venideros y permite afrontarlos con calma y, sobre todo, con cabeza.Una comunicación de empresa, de marca o de cualquier proyecto exige constancia, un rumbo definido, una buena tripulación y un líder inspirador como lo fue Shackleton en su travesía a borde del Endurance.
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